Hoy os quiero enseñar el proceso de creación del tocado que me encargó María.
En primer lugar os pongo en situación: Boda a primeros de julio en Mallorca, vestido vintage de un gran diseñador internacional (ahora mismo no me acuerdo de quién era exactamente) de seda color beige con motivos color turquesa, cuello "halter" y largo por debajo de la rodilla, combinado con zapatos de color dorado envejecido.
Primeras ideas: Al ir a pasar un fin de semana a Mallorca a estas alturas del año lo último que le apetecía a María era pasarse el sábado en la peluquería. Además, una boda isleña parece que permite ir menos "arreglada" o más "desenfadada". Por ello lo primero que tenía ella claro es que quería un tocado-cinta consiguiendo, por un lado que le sujetase el pelo sin tener que llevarlo "recién salido de la peluquería" y por otro, darle un aire más desenfadado al look final.
Nos inspiramos en: Mi "Cinta de tul con orquídea" que os enseño aquí:
En cuanto María la vio, sabía que la quería para ella, esto fue incluso antes de saber que tenía una boda. A los pocos días le llegó la invitación para la boda y decidió que ese era el tocado que quería llevar, pero cuando decidió el vestido que llevaría no quedaba bien. Por eso decidimos hacer algo nuevo pero basándonos en la idea del anterior: tenía que ser una cinta, de tul o similar, plisado y con un adorno en el lateral. Desde luego el azul del tocado de arriba no le iba nada, y la idea de hacer una cinta en color turquesa combinando con los motivos del vestido era tan "evidente" que la descartamos enseguida: la cinta debía ser beige.
En cuanto hablamos y antes de ver su vestido y los zapatos, me puse manos a la obra. Hice tres bases, tres cintas en diferentes tonos beige y dorado:
Hasta que vi el vestido y los zapatos, no tenía claro cuál de las tres iba a ser. Sin embargo en cuanto lo vimos todo junto lo tuvimos clarísimo: cinta de sinamay color beige con un ligero virado dorado casi imperceptible, la primera.
Ahora empieza lo divertido, vamos a adornar la cinta. Esta vez en lugar de tul para a empezar añadiendo unas plumas naturales del mismo tono para crear movimiento:
Pasamos a buscar el siguiente adorno. ¿Qué tal un toque de metal? Vamos a probar con mis hojas preferidas por su ligereza y el metal envejecido:
Me está gustando, pero me falta algo… Busco y busco entre todos mis “tesoros” hasta dar con la pieza: una flor de pasta en tonos beige y tostados. Es la única que tengo y creo que estaba esperando formar parte de este diseño:
Ahora toca el montaje:
Empiezo con las plumas. Hay que colocarlas con el efecto que buscas, unas para un lado, otras para el contrario, algunas más largas y otras más cortas. Las coso una a una, cada una en su sitio. Ahora toca coser las hojas, por el lugar adecuado de manera que no aplasten las plumas:
Y por último, la flor que voy a rematar con una bolita de cristal facetado color topacio:
Y “voilá”, este es el resultado:
Me imagino las plumas moviéndose con la brisa de Mallorca…
¡Qué pena que no os pueda enseñar el conjunto entero! Y siento que las fotos no sean muy buenas pero como trabajo a horas intempestivas de la noche, con muy poca luz para las fotos y tenía que entregarlo sin falta, no podía esperar a tener buena luz para hacer las fotos al día siguiente. Aún así espero que os haya gustado ver cómo voy creando un tocado sencillo partiendo de otro, buscando la combinación con el resto del conjunto y jugando con lo que María quería.